Ésto permitiría saltar de un planeta a otro aprovechando la gravedad. Teniendo en cuenta que una misión sin asistencia gravitatoria que use métodos de propulsión convencionales tardaría treinta años en llegar a Neptuno y usando esta maniobra, sólo necesitaría doce, podemos hacernos una idea de la magnitud del descubrimiento de Flandro.
Una sola sonda lanzada en 1976-1978 podría visitar Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, o bien varias combinaciones de los mismos además de Plutón. La Nasa se puso a trabajar en el programa Voyager, para calcular el «momento justo» en el que la nave Voyager 1 debía salir para hacer el mayor «tour» de la historia. Su gemela, la Voyager 2 cartografió el sistema de nubes, vientos, tormentas de Júpiter; sobre Neptuno descubrió tres anillos y siete lunas, un campo magnético planetario y auroras complejas perfectamente distribuidas, entre otras cosas. Aprovechar la alineación de Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno aceleró épocas de descubrimiento.
Las ideas son importantes pero aún más trabajar sobre ellas. Qué problemas solucionan y cómo y cuándo implementarlas, es vital para evitar que pase ese «tiempo» y el coste de oportunidad consecuencia de ello. Y ésto, como tantos otros razonamientos es aplicable al mundo de los negocios, relaciones y a la vida misma.
Así que como decía Picasso: «Que la inspiración llegue no depende de mí, lo único que yo puedo hacer es ocuparme de que me pille trabajando».